First Majestic pagó $100 a acarreados para apoyarlos en evento con Toranzo
Consuelo Araiza Dávila
Colaboración especial para:
La Jornada San Luis
Un grupo de caballerangos acreditados con credencial y que laboran en la cabecera municipal de Real de Catorce, sostuvieron en entrevista que la minera First Majestic Silver pagó hace quince días la cantidad de 100 pesos al vecino que fuera a la reunión con el gobernador a apoyar a la trasnacional canadiense, y a aplaudirles en una manifestación de apoyo.
Emilio García Sánchez, originario de Real del Blanco, Matehuala, y residente en Real de Catorce, comentó que el grupo se opone a la canadiense, aunque no les quedará de otra a algunos de ellos más que emplearse, “mantengo tres caballos y tres hijos, cada que se enferma un caballo gastamos mínimo 700 pesos por ir a atenderlo a Matehuala, y aquí sólo gano cien pesos o doscientos por día, pero a veces llego a mi casa sin nada, nos dijeron que nos van a pagar dos mil a la semana en la mina”, dijo.
“De la mina no se si salga vivo, prefiero quedarme de caballerango, le tengo miedo al trabajo minero y aquí en la reunión pagaron cien pesos a quien quisiera ir a apoyar, a mi no me dieron nada porque me conocen y saben que no le voy a entrar”, comentó Lorenzo Coronado Bustos, originario de Real de Catorce y quien se rió cuando sus amigos comentaron que cuando no tiene para comer se va por temporadas de migrante a Estados Unidos.
Rodrigo, un joven de treinta anos, originario de La Coyotera, dijo estar en contra de la minera pero que el gobierno tiene que dar empleos en la región.
“No voy a hacer esclavo de ellos, ya discutí con los ingenieros canadienses que vinieron hace dos años y les dije que no, yo trabaje como minero en La Luz y no quiero volver a saber nada de minas, además aquí tenemos manantiales de los que bebemos agua limpia y nos vamos a contaminar aunque digan que no, que van a trabajar muy bien, lo que quiero es que se nos dé información sin engaños, no la minera sino geólogos que no tengan intereses políticos ni económicos y que nos digan la verdad", dijo Ascensión Hernández Cárdenas.
Hernández Cárdenas comentó que le insistieron mucho “e incluso hicieron un censo, los que antes trabajamos de perforistas trataron de lavarnos el coco diciéndonos que vamos a estar muy bien, hay muchos que van a emplearse a fuerzas, no por gusto sino porque no hay más de qué trabajar, yo me quedo con el turismo, porque así se trabaja mejor que con la contaminación, yo me salí tres años antes de que parara la mina porque me enfermé de la vista con los químicos, hay mucha plata, ellos quieren ganar y nos quieren tener de esclavos, dicen unos que dos mil, otros que mil ochocientos a la semana, total que ni se sabe pero yo no, yo me quedo con el turismo que sí deja sabiéndolo trabajar, tenemos muchos años así y aún no nos morimos de hambre".
Dijo que ni las peregrinaciones dejan buen recurso económico al pueblo, “los peregrinos traen su lonche, vienen de Lagos o de Guanajuato y no nos emplean, andan apenas y no quieren gastar, lo que nos deja es el turismo extranjero”, externo.
Dijo estar en contra porque el pueblo vive de los manantiales La Tenería, El Lucero, Alamitos, “de eso se abastece el pueblo y el agua sale limpiecita”.
A la mina o a la miseria
“Aquí cada quien mira solo para su santo, yo sí le entro a la mina y tengo doce hijos que mantener, me molesta que hay turistas y comerciantes que son empresarios y que sólo pagan 600 pesos por semana a las mujeres por ocuparlas de camaristas, la urgencia de empleo es importante, yo no quiero a la mina pero no me va a quedar de otra”, dijo Anselmo Coronado, un hombre mayor que dijo estar inconforme con los empresarios de Real de Catorce que pagan poco a los vecinos.
“Aquí el mas fuerte es el que ataca y el mas débil es el que se va quedando, es más no se por qué ustedes los periodistas vienen tan tarde aquí, por qué no vinieron antes a hacer encuestas, ahora ya es tarde, esos señores ya van a empezar”.
El abandono del gobierno
En el centro de Salud de Real de Catorce, la doctora no se encontraba y cuando hay un enfermo es llevado en las patrullas municipales a Matehuala o a San Luis Potosí. La señora que barre y hace el aseo en el lugar cobra mil 200 pesos mensuales, su marido, anciano como ella no trabaja y tiene un grupo de chivos que cuidar, “me pagan muy poco y con eso vivo al mes, mi esposo que es de San Juan de Los Lagos, ya tiene 68 años y no tiene ni qué darle de comer a los animales”, dijo Esperanza Mata Espitia.
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