Texto por: Irene Bonilla
[Foto: Irene Bonilla]
Después de más de doce horas viajando desde Guadalajara, el camino me lleva por una brecha de tierra roja. Ya es medio día y pareciera que el sol apenas comenzara a calentar. Por la orilla del camino va un grupo de peregrinos. Una familia levanta la mirada, sonríen y lanzan un “¡Kyaku!”
Los colores aquí son brillantes y naturales. Desde el camino puedo ver un río azul – que me mira y me invita a beberlo- mis ojos empiezan a toparse con varios ojos, y la emoción de estar de vuelta en la Sierra Wixarika me recorre todo el cuerpo. Sigo caminando, estoy en busca de la casa de mi amigo Pascual, seguramente él ya me estará esperando. Ahí veo que se asoma, y me hace una seña de -¡Por fin llegas!- Después de saludarnos y hacernos un par de preguntas, nos sentamos cerca de la estufa a tomar café.
Mi querido Pascual empieza a contar que este año su padre hará el último viaje al centro sagrado de Wirikuta (la mujer que pasó por aquí). Su padre lleva más de quince años haciendo la travesía desde Santa Catarina, Jalisco hasta Wirikuta a orillas del Cerro Quemado, en Real de Catorce, San Luis Potosí.
La cultura wixarika o huichola, nombre otorgado por la cultura mestiza, cuenta con cinco lugares sagrados: uno por cada punto cardinal y el centro. Al norte está Huaxa Manaka en Cerro Gordo, Durango. Al centro Teakata, en Santa Catarina Jalisco. Al oeste Haramara en San Blas, Nayarit. Al sur Xapawiyemeta en la isla de los alacranes del Lago de Chapala, Jalisco y al este Wirikuta en Real de Catorce, San Luis Potosí.
Los wixaritari llevan peregrinando hacia Wirikuta más de mil quinientos años. Deben ir por lo menos una vez en su vida a cada uno de estos lugares sagrados. Fue en Wirikuta donde se originó la vida, porque de ahí fue de donde el sol salió por primer vez, también ahí es donde florece la planta sagrada del Hikuri, o peyote, planta medicinal que facilita la comunicación con las deidades wixaritari.
Seguimos platicando y poniéndonos al día. Cómo me encanta ver el orgullo que Pascual siente cuando habla de sus tradiciones; admiro el profundo respeto con que lo hace. Cuando comenzaba a anochecer le pedí a Pascual que me contara sobre lo que recientemente está pasando en Wirikuta. Él guardó silencio por un rato, y comenzó a contar:
El 6 de enero de 1992, año de la firma del tratado de libre comercio, se modificó el Artículo 27 de la constitución, donde se expone que la nación puede en todo momento imponer la propiedad privada o concesiones que dicte el interés de la nación para la explotación de recursos naturales, sean minerales, metales, maderas, entre otros. También se menciona que dichas concesiones sólo pueden otorgarse a corporaciones nacionales.
En el 2008 el presiente Felipe Calderón en una visita al pueblo Wixarika, vestido con el atuendo ceremonial, firmó el acuerdo de Hauxa Manaka y dio un discurso en el que se comprometió - “… con este documento los gobernantes tradicionales aquí presentes, las autoridades civiles también representadas por los gobernadores de varios estados, así como el gobierno federal nos comprometemos a proteger y fortalecer la continuidad histórica de los lugares sagrados y las rutas de peregrinación del pueblo Wixarika.” (Presentando el 18 de diciembre del 2011 en el programa de Carmen Aristegui en CNN en español.)
Después de aquel encuentro la comunidad se quedó tranquila de que sus centros sagrados, declarados hace 11 años por el gobierno como Áreas Naturales Protegidas, y consideras por la UNESCO como parte de la Red Mundial de Lugares Sagrados Naturales, se mantendrían salvaguardados.
En el 2010, la comunidad de Real de Catorce, población ubicada a 3.5 km de Wirikuta, comenzó a recibir visitas de un grupo de ingenieros y trabajadores de First Majestic Silver Corp., una minera proveniente de Canadá respaldada por la Minera Real Bonanza, quienes venían a informarles que el gobierno federal había otorgado 22 concesiones a la minera, lo que significa que el 70% (6, 326 hectáreas) del territorio de la empresa estaba dentro de la zona de Wirikuta y que tienen planeado comenzar con la explotación de la zona en el 2013.
Es importante mencionar que la transnacional tiene actualmente tres minas operando en México y tres proyectos en desarrollo, incluido el de Wirikuta. Para cada uno de estos proyectos, First Majestic ha sido respaldada por diferentes corporaciones mexicanas. ¿No habíamos dicho que la constitución dice que las concesiones sólo se otorgarían a corporaciones nacionales?
First Majestic Silver prevé extraer 1 tonelada de mineral al día, de la cual se extraerían de 10 a 12 kilogramos de plata a través del proceso de flotación. En este proceso se utilizan grandes cantidades de cianuro y xantano para separar la plata de los demás minerales. El cianuro todavía años después de que se cerrara la mina podría seguir contaminando el agua subterránea de la zona. La exposición por largo tiempo a niveles menores de cianuro puede producir dificultad para respirar, dolor al corazón, vómitos, alteraciones en la sangre, dolor de cabeza y dilatación de la glándula tiroides.
Igualmente se deben considerar los subproductos que resultan de la separación de los minerales, por ejemplo el plomo y el arsénico, los cuales se liberarían a la atmósfera y flujos hidráulicos cercanos. Además, First Real Majestic informó que la mina requeriría 3 millones de litros de agua diarios. El pueblo de Real de Catorce actualmente toma su agua del túnel de la mina de San Agustín la cual alberga una veta de plata, objetivo de explotación de la empresa. First Real Majestic argumenta a su favor que una mina como la que pretenden desarrollar en la zona, generaría un mínimo impacto ambiental y social, debido a que la mayor parte del trabajo se haría en áreas subterráneas. El pueblo Wixarika argumenta que son los metales, justamente, lo que hacen que el sitio sea un centro de energía para ellos. Ellos consideran que son los minerales el corazón de su centro.
Gracias a la guerra de los cárteles, y la militarización del país impulsada por el gobierno federal, el turismo en la zona de Real de Catorce ha disminuido un 80%. La gente de la comunidad se ha visto forzada a emigrar y cerrar sus pequeños negocios. Es por esta razón que la comunidad se encuentra hoy dividida entre los que ven la mina como una posible oportunidad de empleo, y entre los que la rechazan por querer conservar el sitio, tradiciones y medio ambiente. ¿Divide y triunfarás?
Después, Pascual continuó diciéndome que los pueblo indígenas en México tienen que luchar para que los respeten. A los pueblos indígenas siempre los echan, los están pisando. Permitir la construcción de la mina significa la destrucción del pueblo Wixarika, una de las pocas culturas indígenas restantes en México.
El fuego comenzaba a apagarse cuando Pascual, haciendo una pequeña oración, para ofrecerle más leña a Tatewari, el abuelo fuego, me dijo -pero aún tenemos esperanza. Y por eso hoy te pido que visites el sitio, y que exijas junto con nosotros la cancelación de este proyecto. Te pido que te levantes en contra del saqueo que comenzó hace más de 500 años y aún continúa.
¡Todavía hay una esperanza, México despierta! Buenas noches.
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